miércoles, 31 de octubre de 2012

La Revolución

Celebramos a nivel nacional el Bicentenario de la Independencia. La opinión pública calificó con rudeza o los excesos para algunos de faustos fútiles o la medianía tercermundista y de mal gusto para otros. Felipe, Juan te llamas.

Ahora los mexicanos nos preparamos para conmemorar el Centenario del inicio de la Revolución. En Puebla se hacen esfuerzos merecedores de mejores causas para que la República nos reconozca como "cuna" de la misma. Hay quien se desgarra las vestiduras por el "desaire" del Presidente al no acudir a las ceremonias programadas para recordar la gesta heroica de los hermanos Serdán este 18 de noviembre.

Según la liturgia cívica, la Revolución Mexicana inició el 20 de noviembre de 1910, día en que no pasó nada. Su primer acontecimiento relevante fue previo, el día 18, en que aprehendieron o mataron en Puebla a los Serdán. La primera gesta revolucionaria fue nonata. O sea, les mataron el gallo en la mano.

Afortunadamente se ha venido imponiendo paulatinamente un criterio novedoso sobre los héroes y hechos históricos nacionales más objetivo, más histórico y menos ideológico. Hoy son cada vez más presentados como seres humanos con virtudes y defectos, ni semidioses impolutos ni canallas traidores sin ninguna bondad.

Así que es pertinente preguntarnos qué tanto vale la pena celebrar a la Revolución. ¿Fue la Revolución Mexicana un suceso histórico benéfico para la Nación? ¿Nuestro país estuvo mejor después gracias a dicha conflagración? ¿valieron la pena tantos muertos, casi un millón? ¿sus presuntos logros pudieron ser alcanzados de otra manera? ¿gracias a ella estamos mejor que otros países que no tuvieron un movimiento social y armado semejante? ¿sus personeros tenían claro un proyecto homogéneo y progresista? ¿actuaban conforme a éste? ¿dicho proyecto era mejor que el que defendía el régimen anterior? ¿los héroes hoy reconocidos actuaron congruentes con su ideario y de acuerdo a dicho proyecto?

Sobre los héroes revolucionarios ¿deben estar en el mismo costal? ¿todos son iguales? ¿tienen los mismos méritos? ¿actuaron con igual desinterés e idealismo pensando sólo en la Patria y en sus conciudadanos? ¿vale la pena recordar a Madero igual que a Zapata? ¿o a Zapata igual que a Villa? ¿qué dirían, en caso de resucitar, que los honremos juntos? ¿se sentirían cómodos, satisfechos? ¿cómo reaccionaría Madero al saberse al lado de Carranza o de Villa en el mausoleo de los héroes de la patria? ¿y Carranza cerca de Obregón? ¿y Villa de Obregón no quisiera vengarse al verlo al lado?

He leído en estos días a personajes tan disímbolos como Macario Schettino (El Universal), Román Revueltas Retes (Milenio), Luis González de Alba (también Milenio), o el siempre genial cartón dominical de Calderón en Reforma. Han coincidido en juicios durísimos sobre la mentada Revolución y sobre el uso ideologizante que el régimen "emanado" de ella le dio.

Hay una Historia oficial sobre la Revolución, hay un "panteón" oficial, hay una liturgia (con fiestas de guardar, ceremoniales, sacerdotes, sermones y rituales) para conmemorarla. Hay en fin, toda una serie de mitos y leyendas y hay también una gran ignorancia popular sobre ella.

Poco se habla, por ejemplo, del papel de los Estados Unidos de América en la renuncia de Díaz, en el asesinato de Madero, en el apoyo a Carranza, a Villa y a los sonorenses. ¿de qué magnitud fue la manipulación de los acontecimientos para el beneficio de nuestros vecinos? También poco se habla del entorno internacional y de su influencia en los acontecimientos locales. ¿cómo influyó el acomodo internacional previo a la Primera Guerra Mundial, o la sucesión presidencial norteamericana en nuestra "mexicanísima" revuelta?

El reparto agrario, los derechos de los trabajadores, el avance modernizador, la educación y los esfuerzos alfabetizadores, los progresos en los temas de salud y seguridad social, etc., etc., ¿se pudieron haber alcanzado por otra vía? ¿eran imprescindibles la revuelta, el alzamiento militar, el caos? Reitero la cuestión, ¿otros países que avanzaron en estas materias, o que incluso hoy están mejor que nosotros, tuvieron que iniciar forzosamente guerras civiles y fratricidas?

Yo, mientras tanto, disfruto del asueto oficial por la Revolución y celebro en grande la declaratoria de la gastronomía nacional como patrimonio de la humanidad. ¿y tú querido lector, qué festejas?



Juan Carlos Espina von Roehrich
Diputado local electo

0 comentarios:

Publicar un comentario