lunes, 25 de agosto de 2014

Termómetro Democrático

Hemos comentado la necesidad de poder diferenciar a los partidos políticos entre sí y las ventajas de poder identificar a un gobierno con un partido determinado –y varias maneras de hacerlo-, en aras de una democracia sólida y madura.
Pero también vale la pena recordar las características de un régimen democrático. ¿Cómo podemos saber si un gobierno específico, independientemente de su origen ideológico o de su afiliación partidista es demócrata o no? ¿Cuáles son los indicadores, los termómetros de la salud democrática?
En primer lugar, consideremos el concepto de democracia electoral, democracia como vía de acceso al poder.  Si la autoridad y las leyes electorales permiten una real competitividad, si el voto cuenta y se cuenta, si hay una razonable incertidumbre previa sobre los resultados, si no hay presiones indebidas al elector, si la autoridad se comporta con independencia, legalidad e imparcialidad con los participantes en la contienda, tenemos un indicador claro de avance democrático.
En este mismo rubro, la salud del régimen de partidos es ilustrativa. Un sistema de partidos sano, vigoroso, actuante, con opciones políticas libres, autónomas, responsables, diferentes y diferenciables, es un sistema propio de la democracia. Un sistema de partidos corruptos, coptados por el poder, sin vida institucional propia es lo más acorde a un régimen autoritario.
Después hay que observar la división de poderes que exista. Y la autonomía de los órganos que es deseable no dependan del gobernante en turno. Montesquieu tenía razón. Es propio de una democracia que haya entes distintos que se ocupen de las funciones principales del estado. ¿Qué tan autónomos son el poder legislativo y el poder judicial en un lugar y momento determinado? ¿La autoridad electoral es ciudadana de derecho y de hecho? ¿El “Ombudsman” está libre de ataduras, presiones y amenazas del príncipe? La concentración de poder es lo característico del autoritarismo. Dime cuánto poder concentra indebidamente el gobernante y te diré qué tan autoritario es…
El tercer termómetro es la vigencia de los derechos humanos. No hay democracia sin derechos humanos. En tanto se vivan y se respeten éstos, habrá aquella. Sin el derecho a la vida, a la propiedad, al honor, a la privacidad, a la educación, al trabajo, etc., no hay democracia. Sin libertad de expresión, de asociación, de manifestación, de participación política… no hay democracia. Sin garantías de juicio justo y debido proceso, no hay democracia.
Pasamos a una derivación del anterior: transparencia y rendición de cuentas. Para que pueda considerarse a un régimen como democrático, deben existir procedimientos claros y efectivos de acceso a la información pública y sobre todo, de rendición de cuentas. Para muchos, éste es el origen histórico de la democracia. “No tax without representation” dijeron los ingleses. No más tributos sin tener quién los vigile, quién audite su uso, quién modere el exceso…
Y finalmente otra característica propia de toda democracia es la igualdad jurídica ante la ley. La ciudadanía como elemento igualador de los individuos. Todos somos ciudadanos. No aplican diferencias de origen, de condición social o económica, de condición personal o de cualquier tipo cuando somos puestos ante el tribunal de la ley. Influyentismos, excepciones generalizadas, fueros de todo tipo, son propios de sistemas autoritarios.
Así que, estimado lector, le propongo valore usted a cualquier gobierno, a cualquier administración, con estos cinco termómetros y tendrá usted una muy cercana a la realidad ponderación.
PUNTO Y APARTE
Coincido con el Presidente del PAN Gustavo Madero respecto al escándalo panista del momento: “los comportamientos particulares de nuestros militantes no podrán pasar sin consecuencias cuando afecten la imagen y vida de nuestro partido.” Máxime cuando los protagonistas son reincidentes en esa afectación. Yo voté por Madero. Además de la destitución del Coordinador del GPPAN en San Lázaro, debe separarse del cargo al Enlace Legislativo del CEN y a todos los funcionarios de designación ahí presentes.
PUNTO Y APARTE
En relación al caso Chalchihuapan, sigue sin deslindarse responsabilidades por la muerte del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, por los varios heridos graves, por los policías lesionados. Debemos seguir exigiendo Verdad, Justicia y Paz.
Regidor del H. Ayuntamiento de Puebla
@juancespina
FB JuanCarlos.Espina.90
juan.espina@pueblacapital.gob.mx

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